Secreto en la montaña fue una película pionera, que hablaba de un amor que no se podía concretar en una época violenta y discriminadora. Hoy nos ayuda a impulsar el cine queer y abrirlo al públic.
Aunque quizás muchos lo asocian al remate de un chiste homofóbico, antes de que Secreto en la Montaña(Brokeback Mountain) entrara a la cultura popular, fue una película muy significativa.
Es difícil entender que la gente se ría de algo así ahora. Pero eran otros tiempos, y esta historia —basada en el cuento de la ganadora del Pulitzer Annie E. Proulx— conlleva esa dicotomía. Contrapone algo tan arquetípicamente masculino como el trabajo ganadero con, bueno, el amor entre dos hombres.
Fue tratando la historia con seriedad y poniendo en la palestra un tema no tan abordado, que Secreto en la Montaña se transformó en un fenómeno, un ícono y quizás finalmente en la película LGBTIQ+ más importante de la historia.
La historia de Secreto en la Montaña
A fines de los 90s, existía un guion basado en un osado cuento sobre dos cowboys que se enamoran trabajando en un condado rural. A pesar de que a muchos les interesaba, pocos se atrevían a llevarlo a cabo. Hacer una película gay a principios de los 2000 era algo de nicho, peligroso y probablemente no rentable. Nadie confiaba lo suficiente para hacer que el guion se volviera realidad.
El director Ang Lee (El Tigre y el Dragón, La Vida de Pi) se unió al proyecto y rápidamente fueron casteados dos jóvenes actores no tan reconocidos: Heath Ledger y Jake Gyllenhaal. Aunque eran heterosexuales, conectaron con la historia y sorprendieron al director con su sensibilidad. Poco a poco, la película que nadie quería tocar se iba materializando.
Un amor que no puede ser
En una solitaria montaña de Wyoming en los 60s, dos jóvenes se enlistan para cuidar ovejas durante el invierno. Pasan los días asegurándose de que sobrevivan, acampan, cocinan y se emborrachan en la soledad de un maravilloso paisaje infinito. Un día de frío en que comparten carpa, tienen sexo.
Se confunden y no hacen mayor caso de sus sentimientos. Vuelven a la ciudad y se casan con dos chicas buenas. Hacen como que lo que pasó en la montaña no fuese importante. Cuando se reencuentran, se dan cuenta de que están enamorados. Pasan el resto de sus vidas frecuentándose intermitentemente, pero entienden que no pueden estar juntos.
“Si no puedes arreglarlo, tienes que soportarlo“, le dice Ennis (Ledger) a Jack (Gyllenhaal).
Y es que Secreto en la Montaña es una tragedia. Situada en pueblos campestres en la década de los 60s, nos habla de un amor que necesita concretarse, pero que está inserto en una sociedad conservadora y violenta que jamás lo permitiría.
El impacto posterior a Secreto en la Montaña
El 2005 fue hace bastante tiempo. O así pareciera juzgando por las reacciones que está película generó. Por un lado, sorpresa y admiración. Por otro, burla y polémica.
La historia de dos vaqueros gays parecía una antítesis a la imagen del macho americano que su folklor perpetuaba. Y, aunque se tratara de personajes escencialmente bisexuales, interpretados por actores masculinos, no pasó mucho tiempo antes de que grupos boicotearan la película. Un título en español melodrámatico tampoco ayudó mucho.
Sin embargo, la crítica hizo lo suyo y quienes realmente se sometieron a la historia entendieron otra cosa. Algo tan simple como que el amor viene en distintas formas, le puede ocurrir a distintas personas y que es la sociedad la que se equivoca al violentarlo. Dicho sea de nuevo, pareciera que el 2005 fue hace mucho tiempo.
El legado en las historias LGBTIQ+
Secreto en la Montaña logró recaudar más de diez veces su presupuesto y ganar muchos premios, entre ellos 3 importantes estatuillas de los Oscar. Cuando, polémicamente, perdió el de Mejor Película, fue considerado un acto homofóbico por parte de la industria. Esto se rectificaría una década después con Moonlight, la primera cinta LGBTIQ+ en llevarse el galardón).
Pero, más importante aún: la película logró entrar en la conversación popular e impulsar el cine queer al mainstream. Tocó los corazones, tanto de gente queer que no veía sus historias representadas con honestidad en la pantalla grande, pero también de muchos heterosexuales que recién entendían que esto existía. Se convirtió en todo un hito cinematográfico.
Hubo un antes y un después con Secreto en la Montaña, haciéndonos entender que vale la pena jugársela por historias que da miedo representar, que el cine está aquí para ayudarnos a abrir nuestras mentes y que siempre queda camino por delante en la búsqueda de la igualdad.
¿Dónde ver Secreto en la Montaña?
A pesar de aparecer ocasionalmente en plataformas de streaming, hoy Brokeback Mountain no se encuentra en ninguna. Diferentes alternativas para encontrarla siempre estarán disponibles para quien sepa googlear.