The Office es una serie que debutó en 2005 y que está completa en Amazon Prime Video. Un clásico con personajes reconocibles que te hará reír y lagrimear.
Cada vez que uno ve un capítulo de The Office, cuyas nueve temporadas están en Amazon Prime Video, no puedes evitar acordarte de tus propias experiencias de trabajo. O identificarte con alguno de los personajes y descubrir que en la vida real has conocido a más de alguno de los otros caracteres que se presentan aquí.
Es que esta producción, protagonizada por Steve Carell, es tan genuina y auténtica que representa de buena forma la vida misma, la laboral, en este caso. Una comedia que te hace reír, pero que te deja un gustillo amargo, porque no todo es gracioso en la oficina.
Se trata de la adaptación estadounidense de la creación de Ricky Gervais que tuvo dos temporadas en la BBC. La The Office inglesa es conocida como la serie que puso de moda en televisión el género del falso documental y por eso la tentación de llevarla a EE.UU. era grande y se hizo realidad en 2005
El encargado de la adaptación fue Greg Daniels, un veterano de Saturday Night Live y Los Simpson, quien se mantuvo bastante fiel al original y dio garantías de éxito a la versión gringa, que se hizo incluso más famosa que su “madre” británica.
Una día en la oficina
Cada capítulo, de menos de 30 minutos de duración, nos muestra el día a día en una oficina en un pueblo de Pensilvania. Es una pyme llamada Dunder Mifflin, que se dedica a la venta de papel, Un lugar donde hay mucho humor absurdo, liderado por un jefe medio inepto interpretado por Steve Carell., quien dio el gran salto en su carrera con este rol.
Este es un tipo dicharachero y parlanchín que se cree gracioso, pero que para sus subalternos no lo es, Más bien les resulta irresponsable, evasivo y falto de carácter.
Él contribuye bastante al ambiente patético y ridículo que rodea a la trama, en que este peculiar jefe está acompañado de una recepcionista tímida y enamoradiza, un empleado chupamedias (infaltable) y el galancete de turno, entre otros ejemplares.
Todos brindan bastante material para reír, pero también hay momentos entrañables, llenos de emotividad y de humanidad, que acercan a la serie a la experiencia de cualquier mortal en su hábitat de trabajo. Tal como ocurrió en Chile en los 80 y 90 con sketches memorables como La Oficina, del Jappening, y Hermosilla y Quintanilla, de De Chincol a Jote.
Lo mejor de The Office es que no es solamente una colección de gags, sino que se toma su tiempo para desarrollar la acción, incluso para hablar de los sentimientos, del significado del dinero o de los sueños de sus protagonistas, para rematar luego con una broma o mostrar una caída.
Es una serie que te sorprende con frecuencia y que ha marcado a generaciones con trucos que la hacen más cercana: no sólo presentar a personajes reconocibles, sino también romper la cuarta pared, la que divide imaginariamente a los actores de los espectadores, línea que se rompe para hacernos parte de la historia.